CRECIENDO EN FE: MI CAMINO EN LA FAMILIA DIVINO MAESTRO

Mi nombre es Nicole Villabona, y mi viaje en el colegio comenzó cuando entré en cuarto grado de primaria. Desde ese momento, supe que estaba a punto de embarcarme en una experiencia que no solo me brindaría conocimientos académicos, sino que también moldearía mi carácter y mis valores. "Misioneras del Divino Maestro" no es solo un lema; es el corazón de esta comunidad que se ha convertido en mi segunda familia.

Recuerdo con claridad mi primer día. Estaba nerviosa, rodeada de caras nuevas y un ambiente lleno de risas. Mis maestros me hicieron sentir bienvenida de inmediato, creando un entorno cálido y solidario. Desde el principio, entendí que esta institución no solo se trataba de estudiar, sino de crecer como persona. Cada asignatura estaba impregnada de lecciones sobre la caridad amistosa, el amor propio y sobretodo el respeto. 

El entorno del colegio también ha sido fundamental en mi desarrollo. Los bellos paisajes que rodean la institución, desde los jardines llenos de flores hasta los árboles frondosos, han proporcionado un espacio perfecto para la reflexión y el crecimiento. Durante los recreos, disfrutábamos de los amplios patios donde compartíamos risas y juegos. 

A medida que avancé en los grados, el colegio se transformó en un lugar de aprendizaje profundo y amistades sinceras. Mis compañeros se convirtieron en amigos cercanos, con quienes compartí momentos inolvidables: desde risas en el recreo hasta lágrimas durante los exámenes. Las actividades en grupo, como proyectos y presentaciones, nos enseñaron a trabajar en equipo y a valorar la colaboración. Cada reto superado nos acercó más, creando lazos que atesoraré por siempre.

Uno de los aspectos más significativos de mi experiencia en Divino Maestro ha sido la importancia del servicio a los demás. A través de campañas de recolección de alimentos, aprendí sobre la empatía y la generosidad. Esta actividad me mostraron que ayudar al prójimo es fundamental y que cada pequeño gesto puede tener un gran impacto en la vida de alguien más.

Uno de los aspectos más significativos de mi experiencia en Divino Maestro ha sido el amor y el apoyo incondicional de mis profesores. La hermana Maru, con su dedicación y compasión, ha sido una guía invaluable en mi camino. Su capacidad para conectar con cada una de nosotras y su amor por la enseñanza son inspiradores. Cada uno de mis profesores —Claudia, Josefina, Tarcisio, Inés, Paulina y Janeth— han dejado una huella profunda en mi vida.  

A medida que me acerco a la graduación, reflexiono sobre lo que he aprendido en estos años. He comprendido que la vida está llena de desafíos, pero también de oportunidades para crecer y aprender. La familia Divino Maestro me ha enseñado que los errores son parte del proceso y que cada experiencia, buena o mala, contribuye a formarnos como personas. He aprendido a enfrentar mis miedos y a confiar en mí misma y en Dios. Hoy, a mis 17 años, miro hacia atrás y me doy cuenta de cuánto he aprendido desde aquel cuarto grado.

El colegio Divino Maestro ha sido más que un lugar de estudios; ha sido un hogar donde he crecido, donde he aprendido a enfrentar desafíos y a celebrar logros. Estoy profundamente agradecida por las enseñanzas y el amor que he recibido. Estoy lista para seguir adelante, llevando conmigo todos los valores que he aprendido y sabiendo que siempre tendré un lugar especial en esta familia que me ha visto crecer. Con el corazón lleno de gratitud, me despido de esta etapa, lista para enfrentar el futuro con fe y esperanza. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar